Un buen plato
El sha alababa al cocinero jefe por la apetitosa comida.
—¡Ambrosía! Nada más apropiado para un rey que un buen pulao.
—Cierto, coincidió Nasrudín, que estaba invitado a la mesa real.
El rey comía por demás, y empezó a sentir pesadez en el estómago.
—Realmente, el pulao llena demasiado. Contiene mucha grasa; es una comida demasiado fuerte.
—Ciertamente, coincidió el Mullah.
El monarca se volvió malhumorado hacia Nasrudín.
—¡Oh, mi Dios! Cuando alababa la comida, estabas de acuerdo. Ahora que la critico, también estás de acuerdo. ¿Eres incapaz de formarte una opinión propia?
—Oh mi soberano, contestó el Mullah, si un gran gobernante como tú es incapaz de decidirse, ¿cómo esperar que lo haga un hombre común como yo?
domingo, 12 de febrero de 2012
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Excelente reflexión!
ResponderEliminarSaludos y buena semana.
Ramón
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ResponderEliminarun saludo.