Piedras útiles
Nasrudín fue atacado por unos bandidos cuando se dirigía a la corte del rey. Fue robado, golpeado y dejado por muerto al lado del camino. Finalmente, recuperó la conciencia y se las arregló para volver como pudo a su casa. Unas semanas después, el Mullah visitaba de nuevo
el palacio. En el camino, se llenó los bolsillos de piedras.
Cuando el monarca se dirigía a los cortesanos, las piedras se cayeron ruidosamente del manto de Nasrudín. El rey interrumpió sus palabras:
—Nasrudín, ¿no crees que unos bolsillos repletos de piedras son una carga innecesaria?
—Majestad, respondió el Mullah Nasrudin, una piedra útil no es nunca una carga.
jueves, 18 de diciembre de 2014
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