El caballo del rey
Cuando Nasrudín era escudero del rey, su amo fue a inspeccionar los establos.
—¿Es mi corcel digno del rey?, preguntó al Mullah.
—No, Majestad.
—¿Es el más apropiado para que el guerrero más grande que nunca haya visto el mundo vaya a una batalla?
—No, Majestad.
—¿Es una montura apropiada para el soberano del universo?
—No, Majestad.
—Entonces, dime, hombre, ¿para qué es bueno?
—Para que yo lo ensille y me vaya, respondió Nasrudin, y pueda escapar así de tu ridícula presunción.
miércoles, 24 de febrero de 2016
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...qque buena respuesta!
ResponderEliminarUn placer volver a estar por aquí.
Saludos.
Ramón