viernes, 24 de julio de 2009

Nasrudin

El hipo

Nasrudin entra en la tienda de un farmacéutico y pide algo contra el hipo. De repente el farmacéutico lanza un grito, se hecha encima de Nasrudin y le da un fuerte golpe. El Mullah cae al suelo, derriba unos tarros y se hace bastante daño.
Se levanta dolorido, y le pregunta al farmacéutico:
—Pero, bestia, ¿a qué viene ese grito y por qué me has golpeado?
—Porque, contesta el farmacéutico, contra el hipo es sabido que no hay nada mejor que un buen susto.
—¡Es que no soy yo quien tiene hipo! ¡Es mi hijo!, protestó Nasrudin, mientras le enfrentaba.

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