jueves, 23 de julio de 2009

Nasrudin



La mujer perfecta

Nasrudin conversaba con un amigo.
—Entonces ¿Nunca pensaste en casarte?
—Sí, lo pensé, contestó Nasrudin. En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí había una mujer que conocía
el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.
Entonces resolví irme a El Cairo, donde cené en la casa de una bella mujer, religiosa y conocedora de la realidad material.
—¿Y por qué no te casaste con ella?
—¡Ah, amigo mío! Lamentablemente ella también deseaba buscar un hombre perfecto.

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