lunes, 12 de abril de 2010
Nasrudin
Buscador de la Verdad
Un tal 'buscador de la Verdad' se precipitó en la casa que le habían señalado como la de un sabio iluminado. Tomó la mano del Mullah Nasrudin sentado en una alfombra de oración y le pidió sabiduría.
—Tengo tres cosas que decirte, dijo Nasrudín al fogoso hombre. En primer lugar, que estás demasiado emocionado para entender algo. En segundo lugar, que estás parado sobre mi pie. En tercer lugar,
que yo soy un siervo, el sabio vive al lado, en la siguiente puerta.
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