Sentir el frío
Un día álgido de invierno, el juez encontró a Nasrudín en el mercado.
—Increíble, dijo dubitativo, llevo mi mejor abrigo forrado de piel y sin embargo estoy helado. Mientras que tú, vestido sólo con harapos, no pareces sentir el frío. ¿Cómo es posible?
—Un hombre que lleva encima toda su ropa no puede permitirse tener frío, contestó Nasrudín.
lunes, 16 de enero de 2012
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"El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, inevitable para vivir", dijo Facundo.
ResponderEliminarChesaudade, nuestro cordial abrazo.