sábado, 5 de mayo de 2012
Nasrudin
Conciliar el sueño
Nasrudin estaba cansado y no podía conciliar el sueño. Se levantó de la cama refunfuñando. Era inútil quedarse, sufriente.
Deambuló por toda la casa mientras pensaba o lo intentaba. Hizo todo
lo tradicional, lo sabido, paso a paso, maldición a maldición.
Luego de un largo rato decide volver a la cama pero un rayo de luz lo sorprende atravesando la ventana de su cuarto. Se le ocurre salir y decide intentar dormir a pleno sol.
No supo más hasta llegada la noche.
El Mullah Nasrudin, mientras se desperezaba, se preguntó: ¿Es que el cansancio acaba de ser agotado por el propio cansancio y por eso me quedé dormido?
Etiquetas:
a8p-Nasrudin
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Vaya, gracias, un saludo afectuoso.
ResponderEliminarLo mismo si estaba agotado, y es eso lo que le ocurría, pero a veces hasta el cansancio no te deja dormir.
ResponderEliminarUn besazo.