viernes, 28 de noviembre de 2014

Nasrudin

Rescate, no robo

El Mullah Nasrudin estaba de continuo pensando maneras de molestar a su vecino, que era un reconocido roñoso.
Cierta noche, entró silenciosamente en el patio del avaro, atrapó una gallina del corral y se largó con ella. Mientras escapaba, se reía entre dientes con gran deleite pensando en el dolor que tal pérdida causaría al rico pero avariento hombre. Después de andar un trecho, comenzó a preguntarse por qué el ave no hacía ningún alboroto por su rapto. Tal vez había sido asfixiada por el grueso material de la bolsa en que apresuradamente la metió por la fuerza. Nasrudín se detuvo, abrió el saco y la gallina asomó la cabeza y empezó a hacer un ruido terrible.
—Exactamente lo yo que pensaba, dijo el Mullah. Está tan harta de la avaricia de mi vecino como yo. Esto es un rescate más que un robo.

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