Una vez en tierra firme
Nasrudín y su hijo salieron a pescar cuando un torbellino apareció en el horizonte.
—¡Quiera Dios, imploró el Mullah Nasrudin, salvar nuestra frágil barca y yo recompensaré a un hombre necesitado con un camello del tamaño de una casa!
—Padre, ¿cómo encontrarás un camello tan grande?
—Me preocuparé de eso una vez estemos en tierra firme.
martes, 16 de junio de 2015
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